Tiempo en la casa No. 49 Febrero 2018

7 Twink wanks Uno llega a olvidar que fue un rito secreto celebrado en un templo de silencio y noche, con las solas sombras de dioses primigenios pintadas sobre un muro sacrosanto… Desnudo el neófito, urgido, deja salir la sierpe de su nido de musgos casi negros y el propio practicante, al inicio, se sorprende de esa inesperada grandeza, del tamaño y el ardor acuciante, junto a la glabra piel del vientre. Los espasmos del rey terrible sacuden muslos poderosos y la nieve en candela, tumescente, abundosa, llega a chorrear por el canal del pubis… El neófito siente soles primaverales en la piel y la mente y una espina dorsal sacudida por estivos espasmos de mucho calor y flores. ¿Es rito solitario? Lo fue. Luego descubres las amigas manos y hoy miles de posibles espectadores que no quebrarán lo secreto del culto, pero harán de la pitón amable un bien de todos, pues adoran los que miran y se sienten tentados más allá del recuerdo. Aquello fue el principio y el placer nunca cansa, solo se echa de menos…Miras entonces al bravo jovencito pleno de fuerza y pelo, sudoroso, procaz de morbo y vicio, sucio como el blanco esplendor de la saliva y recuerdas que tu vida y deseos, tus actos, nunca fueron tan puros en el salvajismo audaz que el skyper aumenta… La tierra, unos instantes, recupera su sentido de vida y actor y espectador saben que ser mortales es verdad y es mentira. El aire cerrado huele a galán de noche y los ángeles de la impureza santa suenan sus añafiles… La lujuria se volvió metafísica y la bestia invocó las leyes todas que llamamos espíritu. Llueve belleza en la belleza. Pringosos vientre y manos, sonríes y pruebas una gota. La verga enhiesta y dura, torpe y grata, animal y divina, nos dice (tanto tiempo después) que fue verdad la vida. La juventud —aprende— sólo se pierde cuando no se entrega. Madrid, 5 de septiembre 2014